En
1870, la enseñanza primaria adquirió el carácter de pública y gratuita, pero no
se generalizó su obligatoriedad para los menores de doce años hasta 1891. el
problema es que la enseñanza no era de muy buena calidad, ya que la mayoría de
los casos se limitaban a enseñar a leer y escribir, al canto de salmos e himnos
y la transmisión de los valores sociales establecidos. Aun a pesar de esto, es
todo un logro comparándolo con el resto de países europeos que entre 1870 y
1875 se redujese el número de analfabetos, en el caso de los hombres se redujo
al 18 % y en el de las mujeres al 25 %.
En
cuanto al nivel de la enseñanza secundaria, tampoco era muy elevado, la
enseñanza secundaria tenía más bien un carácter de formadora de élites, así los
hijos de los burgueses que acudían a las viejas public schools de Eton, Rugby,
Harrow o Winchester o sino a las más recientes de Cifton, Halleybury o
Malborough consideraban el paso por ellas como el camino hacia la universidad,
y esperaban obtener una formación intelectualmente anclada en los clásicos y
los comportamientos que habían de distinguirles en la sociedad como jóvenes de
la élite.
En
cuanto al tema de la prensa, en 1850 circulaban 560 periódicos por todo el país
de los que tenían aparición diaria nueve, el de mayor tirada era el Times
seguido del Morning Post. La lectura de los periódicos se fue popularizando,
haciendo que éstos se hiciesen cada vez más baratos llegando incluso al
“periódico de un penique” como es el caso del Daily Telegraph.
Estos
tres periódicos junto con el Yorkshire Post, eran los de mayor difusión entre
los diarios de prensa conservadora, en cuanto a los diarios de convicción
liberal destacamos el Daily Chronicle y el Manchester Guardian. Los de ideas
radicales, el Daily News. En 1841 apareció el primer periódico satírico, el
Punch, cuyas caricaturas y críticas al gobierno llegaron a tener enorme
difusión.
La
prensa, las instituciones educativas y la religión, crearon esa mentalidad
colectiva denominada como moral victoriana. Esta moral victoriana, parte de una
consideración filosófica derivada de la religión metodista, en la que el hombre
es un ser pecador, que sólo puede salvarse a través de la fe íntima pero que a
la vez debe de dar constantes pruebas de la pureza de su fe y de su disposición
de elegido para la salvación.
El sentimiento obsesivo del pecado, de la lucha por la salvación, la presencia de la tentación y la posible condena conducen a esta mentalidad victoriana al más estrecho puritanismo. En consecuencia, el carácter de los jóvenes debe formarse en la disciplina, bajo la más dura represión y con la tutela de la familia, la cual no se concibe como un núcleo afectivo, sino como un instrumento de control y protección. Todo esto confiere a la sociedad victoriana ese acusado carácter de hipocresía, sobre todo en materia sexual. La castidad debe presidir las relaciones de la pareja dentro del matrimonio, fuera de él sólo pueden encontrarse “bajas pasiones”.
El sentimiento obsesivo del pecado, de la lucha por la salvación, la presencia de la tentación y la posible condena conducen a esta mentalidad victoriana al más estrecho puritanismo. En consecuencia, el carácter de los jóvenes debe formarse en la disciplina, bajo la más dura represión y con la tutela de la familia, la cual no se concibe como un núcleo afectivo, sino como un instrumento de control y protección. Todo esto confiere a la sociedad victoriana ese acusado carácter de hipocresía, sobre todo en materia sexual. La castidad debe presidir las relaciones de la pareja dentro del matrimonio, fuera de él sólo pueden encontrarse “bajas pasiones”.
La
mujer, en época victoriana representaría la espiritualidad y la obediencia, los
hijos serían pecadores en potencia a los que hay que vigilar y corregir.
Otro
de los puntales básicos de esta sociedad, es el sentido del deber, que
alcanzaba a todos incluso a aquellos que rechazaban la religiosidad en que
tenía su origen. Uno de los ejemplos es George Eliot (Mary Ann Evans Eliot),
una de las mentalidades críticas que mejor supo ridiculizar la mediocridad de la
vida de provincias inglesa , llegando a la conclusión de que la humanidad y la
civilización se habían conducido siempre por tres únicos conceptos, Dios, la
inmortalidad y el deber, ella rechazaba el primero por “impensable”, el segundo
por “increíble”, pero aceptaba el tercero como un “imperativo absoluto”. Este
sentido del deber conducía a la glorificación del trabajo, así pues, éste es
una necesidad y una virtud.
La
sociedad victoriana consideraba que los ricos podían salvarse a si mismos,
mientras que los pobres necesitaban ser salvados, así en los barrios del East
londinense proliferaban las misiones cristianas, es en esta época cuando surge
el Ejército de Salvación fundado por William Booth.
Aún
así, en esa época no todo el mundo comulgaba con los valores victorianos, como
es el caso de Oscar Wilde o Bernard Shaw, que criticaron la mediocridad y la
estrechez de miras de la sociedad victoriana.
Pero
en los años tardíos de la época victoriana comenzó a producirse un cambio en la
sociedad que se manifestó con el retroceso de las iglesias, en cuanto
instituciones que regulaban la existencia colectiva, aunque este retroceso sólo
fue una tendencia. Paralelo a este hecho, la vida familiar del victorianismo
tardío cambió, por consecuencia de la restricción voluntario del número de
nacimientos, así el modelo de familia de uno o dos hijos, que comenzó entre las
clases medias profesionales, se transmitió de arriba abajo debido a la presión
del modelo cultural dominante, que no es otro que el burgués.
En
cuanto a la mujer, su papel irá evolucionando, la reivindicación feminista de
las mujeres británicas tendrá cuatro formas diferentes: jurídica, educativa,
política y sexual. Lucharan en el plano de los derechos civiles por el divorcio
y el control propio de la fortuna de las mujeres casadas. Se desarrollará la
enseñanza secundaria femenina y se luchará por el acceso de las mujeres a la
sociedad. En el terreno político se centrarán por el derecho al sufragio.
La
era victoriana terminó con la muerte de la reina Victoria en 1901, los meses
que precedieron y siguieron a la muerte de la reina, ocurrieron bastantes
hechos de interés como es la creación de Partido Laborista en 1900, entre 1902
y 1903 se acaba con el aislamiento ya que se firman acuerdos como el Tratado
anglo – japonés y el de la Entente Cordial con Francia, en 1903 se crea la
Unión Política y Social de las Mujeres, en Irlanda aparecen nuevas
organizaciones nacionalistas. Todas estas transformaciones ya se estaban
gestando en los últimos años del XIX pero cuando irrumpieron con fuerza fue en
los primeros años del siglo XX.
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